viernes, 27 de febrero de 2009

LA DULCE NIÑA DE MI CORAZÓN

Si el viento
que lleva mis sueños
se apagara,
la dulce niña
se iría de mi corazón;
mi voz se perdería
a través de su cuerpo;
mi cuerpo se desplomaría
cubierto de sangre.

Si esto sucediera,
tu voz me salvaría
de la caída inevitable,
y pese a mi angustia
me levantarías del suelo.