Si me vieras cómo soy,
tu pueril cuerpo cambiaría,
tu noche
sería la mañana reluciente,
tu frente,
una plaza de amor.
Si me vieras cómo soy,
tus labios con los míos,
tu mirada en mis ojos
al fin descansarían;
tu cabello,
al viento,
junto al mío,
una ventana de libertad.
Si me vieras cómo soy,
mi voz retumbaría en mi pecho;
la amargura,
desdicha de mi amor,
resuelta en un beso íntimo.